¡Ufff! Nunca creí tardarme en leer tanto 505 páginas con una letra bastante grande, con interlineado amplio y diálogos cortos, pero la historia no me inspiró esa ansiedad tan común por saber qué es lo que pasaría con sus protagonistas.
Del 4 al 28 de febrero realice una lectura, para estar acorde con los calificativos utilizados por Cassandra Clare, “mundana” donde la joven protagonista deja la comodidad y tranquilidad de una vida sencilla por otra donde los hombres lobo, vampiros, magos, hadas, sirenas, demonios y repudiados coexisten con los seres humanos, quienes desconocen ese mundo gracias al “glamour” con el que aquellos disfrazan su aspecto y realidad.
La constante en la narrativa de Clare es el sarcasmo y la ironía de sus personajes, ante cualquier situación, ya sea una conversación amistosa, una alabanza, una afrenta, pelea o vituperio, responden con una burla mordaz y poco disimulada, en ocasiones el recurso en bastante acertado, pero otras tantas cae en la monotonía de un chiste mal logrado. Por lo que respecta al desarrollo de la historia es fluido pero en muchas ocasiones, después de guiar al lector por un sendero de continuidad y tranquilidad, modifica su estilo y presenta un alud de eventos inesperados que generan cierto desconcierto y un poco de ansiedad.
En fin, no es una de mis lecturas favoritas y tampoco es mi estilo de lectura, pero una promesa es una promesa, así que aquí estamos. Podría calificar al libro, en términos cinematográficos como “palomero” o mejor aún “mundano”, existe una segunda y tercera parte donde la protagonista visitará las ciudades de ceniza y de cristal, pero honestamente, no creo que esta sea la trilogía idónea para mí, así que pasaré sin ver.