Orgullo y Prejuicio

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¿Qué decir de un libro considerado clásico de la literatura inglesa?

Prejuzgando el estilo de Austen podría hacer varias críticas: es parco y falto de descripciones; la belleza o fealdad de carácter y física de sus personajes pueden quedar establecidas en pocas líneas, cambia rápidamente de lugares,  las circunstancias espacio temporales son muy ligeras y, en ocasiones, el desarrollo de la historia es muy abrupto, todo ello produce muchas dudas y mucho a la imaginación.

No obstante, mientras se degustan esos pequeños bocados que ella llama capítulos, uno se acostumbra a su estilo y las críticas se dulcifican en una lectura entretenida, fluida y sencilla  que  le permiten al lector, al igual que a Elizabeth con Darcy,  cambiar de criterio por haber prejuzgado la vida y obra de otro en base a un primer encuentro.

Hablando de la obra, puedo decir que es deliciosamente sencilla y romántica: observar cómo Elizabeth jura y perjura que Darcy es el peor hombre que puede haber pisado la tierra y que sus conjeturas se vean derrumbadas ante hechos totalmente contrarios para que tenga como única solución el tragarse sus propias palabras y orgullo, es llevado de tal manera que el lector puede, y efectivamente cae, en los mismos errores de aquélla.

Darcy comete las mismas faltas  al considerar que Elizabeth no es lo bastante hermosa para tentarlo a bailar  y mucho menos a tratarla, pero poco a poco descubre que la mirada, carácter y belleza natural de Elizabeth lo atrapan y embelesan fatalmente y lo obligan a demostrarle su amor. Evidentemente su carácter orgulloso se ve herido ante la negativa de matrimonio de aquella mujer y esto hace de Darcy, un personaje más modesto y amable para con aquellos que no le son cercanos.

El Señor Bennet merece mención aparte, su sarcasmo, ironía e inteligencia para afrentar los comentarios, acciones y deseos de su esposa y tres de sus hijas es verdaderamente formidable, sus palabras están repletas de sabiduría popular y dan a la novela un toque gracioso con cada participación de éste singular padre de familia.

En fin, Orgullo y Prejuicio es una novela que ejemplifica con estilo claro y sencillo, esas actividades  propias de la naturaleza humana que podríamos considerar vicios: prejuzgamos, criticamos,  suponemos, presumimos, nos metemos en las vidas ajenas  y, envarados de nuestras conclusiones, nos consideramos calificados para emitir un comentario a favor o en contra. Al final nos damos cuenta que todas esas actividades, si bien son entretenidas y nos permiten formar un criterio,  son erróneas y faltas de verdad, que puede tener consecuencias desfavorables para con los demás y, lo más importante, para con uno mismo.

Ahora sólo me falta ver la película. 

1 comentario

  1. Tienes razón, ese libro enseña mucho en cuanto a prejuicios se trata! A mí también me parece una historia muy romántica -hondo suspiro por Darcy- Si bien la autora no dejó que Darcy pusiera en palabras todo su apasionado amor por Elizabeth, sí que hablan mucho de ello sus actos: se volvió más humilde, soportó a su familia, venció sus propios prejuicios por ayudarla, luchó contra sí mismo... Oh, eso es amor!!! Reservarme un día para ver la peli!!

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