Existe una máxima en el Derecho Penal que establece “Cogitationis poena nemo patitur” que palabras más, palabras menos puede ser entendido como
“el pensamiento no es punible” y si bien en esa rama del Derecho nos interesa primigeniamente el resulta material, externo y visible, Dostoievski se encarga de adentrarnos
en la psique de su personaje principal, Raskolnikov, y mostrarnos todo un universo
diverso al mundo material que gira en torno al homicidio de una vieja usurera y
su hermana.
Dicho en mejor expresión, para el
autor ruso, lo importante en la obra no son los homicidios en sí, sino las
elucubraciones anteriores y las consecuencias psicológicas posteriores que
Raskolnikov sufre por haber cometido tales crímenes; la zozobra y la angustia
de sentirse perseguido, de pensar que puede ser descubierto, el cuidado de los
detalles y palabras expresadas a la policía, jueces y amigos, los conflictos
emocionales por haber hecho algo que tal vez lo pondría por encima de todos los
hombres y otras cuestiones similares nos llevan a un universo metafísico donde las acciones externas son el
complemento de los conflictos racionales y emocionales que se convierten en el castigo de Raskolnikov.
En la presente entrada, y como es mi costumbre, no pretendo
hacer una sinopsis de la obra de Dostoievski, pues considero que existen muchísimas
que abordan el tema con gran maestría, por lo que me permitiré abordar tres
tópicos que me parecen bastante interesantes: en primer lugar, trataré las
similitudes entre Crimen y Castigo y Los Miserables de Víctor Hugo, pues fue el
primer tema que surgió en mi mente al empezar a leer al autor objeto de esta
entrada; en segundo lugar haremos una ligera referencia a la influencia que
tuvo la voluntad de poder de los personajes de Dostoievski y la manera que caen
en lo más profundo para después levantarse en la obra de Nietzche; por último
haré referencia a la negación de la Filosofía Hegeliana en la obra de este
escritor Ruso.
VÍCTOR HUGO Y DOSTOIEVSKI.
Semejanzas y diferencias
En ese orden de ideas, afirmamos
que las circunstancias de modo y tiempo en las que se desarrollan los
personajes de Dostoievski (1802-1885) en Crimen y Castigo (1866), me parecen
muy similares a las de los personajes de Víctor Hugo (1821-1881) en Los miserables (1862), pues tanto Jean Valjean
y Raskolnikov como los personajes secundarios como Fantina, Cossette, Gavroche, Sonia y
Mermaladov, viven en condiciones de extrema precariedad “victimas” del sistema
económico imperante y todos se encuentran situados en la Europa del siglo XVII,
por lo que las similitudes son palpables.
No obstante, la obra de Víctor
Hugo, se basa en elementos exteriores llevados de manera excelsa, conocemos
gran parte de la vida y obra de Jean Valjean por todas las precariedades,
trabas y obstáculos materiales por los que tuvo que pasar él y los personajes
secundarios como Fantina o Cossette y la historia envuelve al lector de una
manera tan sublime que es capaz de transmitir muchísimas emociones sin
necesidad de señalarnos qué es lo que están pensando sus personajes; la devastación
es tan inmensa que no necesitamos una explicación mayor que las consecuencias
exteriores que deben arrostrar esos personajes y es capaz de mover todas y cada
una de nuestras fibras emocionales para hacernos renacer como seres humanos.
Sus personajes son extremadamente buenos o extremadamente malos y existen
momentos de resurrección como el de Jean Valjean o el de Javert, que dejan de
lado toda la maldad y deciden obrar bien aunque arrostran ese cambio con
diversos resultados.
Por su parte Dostoievski, si bien
nos describe esos mismos escenarios exteriores con toda su precariedad y la miseria
que conllevan, se vale de herramienta que se adentra en la psique de sus
personajes para transmitir y dirigir los sentimientos y pasiones de sus
personajes y del lector, lo que me parece bastante loable, pero que, en mi
caso, no generó tanta empatía como con los personajes del escritor francés ya
mencionado.
En Crimen y Castigo no hay lugar para guiarse con
los actos u omisiones de los personajes, conocemos y somos participes de la
totalidad de pensamientos, emociones y zozobra de Raskolnikov durante toda la obra. Además, los personajes no
son totalmente buenos ni totalmente malos, sino que expresan esa dicotomía más
natural de los seres humanos que pueden obrar bien o mal en determinadas
circunstancias; de otra forma no se explicaría que Raskolnikov hubiera matado a
la vieja usurera y a su hermana, pero que diera todo su dinero para el entierro
de Mermeladov o en su caso proteger al desvalido en el momento preciso en el que
se cometiera una injusticia; tampoco podríamos pasar por alto las acciones de Svidrigáilov que si bien es un disoluto y
se le acusa de haber matado a su esposa, procura hacer el bien en determinados
casos, como cuando ayudó a Sonia y los huérfanos o cuando se comprometió con
una adolescente para salvarla de las precariedades económicas de su familia.
INFLUENCIA EN NIETZSCHE Y EXISTENCIALISMO
INFLUENCIA EN NIETZSCHE Y EXISTENCIALISMO
En otro orden de ideas, es claro
que Nietzsche pudo haber ejemplificado gran parte de su filosofía en la obra de
Dostoievski, pues éste nos habla de hombres ordinarios y hombres
extraordinarios a quienes les está permitido romper con las normas sociales
atendiendo a un fin superior que, posteriormente, les traerá el reconocimiento
y agradecimiento de la gente ordinaria, lo que en cierto punto, me hace pensar en
el superhombre del filólogo alemán.
En el mismo sentido, encuentro cierta aberración al realismo y a la
filosofía Hegeliana tan prolija en esa época de la historia; los personajes
defienden una postura existencialista basada en la vida de cada individuo que
no me hace sino recordar al autor de Diario de un Seductor, a “su hermano”
Unamuno y nuevamente a Nietzsche, con su crítica a la filosofía Socrática y las
verdades absolutas en el Nacimiento de la Tragedia. Es así que Dostoievski opta
por una postura existencialista:
¿Creerán ustedes que preconizan la impersonalidad absoluta? Ante todo y sobre todo, no ser uno mismo, parecerse a sí mismo lo menos posible… ¡Vean un poco lo que consideran el colmo del progreso! Cada uno de ellos empezó a decir disparates a su manera…. ¿Qué opinan ustedes? ¿Creen que me indigno al oírles decir estas sandeces? ¡De ningún modo! ¡Me alegra que las digan! Las charlatanerías insulsas y desprovistas de sentido constituyen el único privilegio del hombre sobre los animales. Por la mentira se llega a la verdad. Si soy hombre es porque miento. No se ha logrado jamás la conquista de una sola verdad sin que antes haya sido preciso decir por lo menos catorce mentiras, o ciento catorce, y esto nada tiene que no sea honorable en sí; ¡Pero es que no sabemos mentir de acuerdo con nuestro espíritu! ¡Que me endilguen todos los embustes que se les ocurran pero que sean propios, y les daré un abrazó! Mentir de acuerdo con la propia individualidad es casi más bello que decir la verdad siguiendo los dictados de un extraño; en el primer caso, uno se afirma como hombre; en el segundo, se desempeña el papel de un loro. La verdad no desaparece, pero la vida puede ser aniquilada, es un hecho incontrovertible…
Entre paréntesis no puedo más que recalcar que los
existencialistas me transmiten un aire tan emotivo que, en ocasiones, me
parecen demasiado tentadores y dignos de alabanza, pero en ese momento me viene
a la mente el Estagirita y no puedo, más que regresar a la realidad y a esa
única verdad que puede ser triste y recalcitrante.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
En fin, Crimen y Castigo es un clásico
que merece la pena ser devorado de inicio a fin; tiene un ligero y delicado aroma grecolatino que hace más exquisita la lectura pues nos hace alusión a las vestales, libaciones, gemonías y filípicas, entre otros.
Además, el manejo de los espacios, tiempos y circunstancias se hace de manera exquisita, conjugando lo material y lo psicológico; nos pone en dilemas éticos como si el fin justifica los medios, limita deliberadamente las cuestiones externas para adentrarse en la psique y emociones de sus personajes con la finalidad de que el lector se vuelve participe de la zozobra y angustia de aquéllos.
Por eso y muchas otras razones, Crimen y Castigo es un banquete opíparo que merece ser degustado por todo aquel que se diga devorador de libros.
Además, el manejo de los espacios, tiempos y circunstancias se hace de manera exquisita, conjugando lo material y lo psicológico; nos pone en dilemas éticos como si el fin justifica los medios, limita deliberadamente las cuestiones externas para adentrarse en la psique y emociones de sus personajes con la finalidad de que el lector se vuelve participe de la zozobra y angustia de aquéllos.
Por eso y muchas otras razones, Crimen y Castigo es un banquete opíparo que merece ser degustado por todo aquel que se diga devorador de libros.
CITAS PARA RECORDAR:
Entre algunas de mis citas favoritas encontramos:
Entre algunas de mis citas favoritas encontramos:
- Todo está en las manos del hombre, y todo lo deja escapar,
por cobardía… Es un axioma… Me agradaría
saber qué es lo que más temen los hombres… Dar un paso hacia adelante,
pronunciar una palabra de su propia cosecha: he aquí lo que temen más que nada.
- Me estoy engañando con una ilusión, y esto me causa placer.
Es una distracción, sí, es más bien una distracción…
- En lo que a mí se refiere, he respetado siempre la
educación, cuando ésta va pareja con los sentimientos del corazón.
- Bebo porque encuentro en la bebida una mayor capacidad de
sufrimiento y de piedad… Bebo para sufrir más, intensamente…
- No estoy sediento de alegría, sino de tristeza y de
lágrimas… He buscado tristeza en el fondo de ella (la botella), lágrimas y
pesar; y al llevar a mis labios la copa he logrado mi propósito
- El hombre es tan cobarde que acaba por habituarse a
cualquier cosa
- ¿Si en realidad el hombre no fuese cobarde, el hombre tomado
en conjunto, dicho de otro modo, el género humano? Esto significaría que todo lo demás no son
más que prejuicios, terrores puramente imaginarios, y que no existen
limitaciones. ¡Así es como debe ser!
- Debemos tener en cuenta que para llegar a conocer a un
hombre, sea el que sea, es menester comportarse hacia él con discreción y
prudencia, si no se quiere incurrir en error y formar juicios temerarios o
prejuicios que luego resulta muy difícil corregir y hacer desaparecer.
- La cosa es clara: por ella misma, por su bienestar, ni
siquiera para salvarse de la muerte, no se vendería, pero lo hace por otro.
¡Pero se vende por un ser amado, adorado! ¡He aquí la clave del enigma! ¡Se
venderá por su hermano, por su madre! ¡Lo enajenará todo! Cierto es que, en
algunas oportunidades, hacemos caso omiso de nuestros sentimientos, pondríamos
en venta nuestra libertad, nuestro reposo, nuestra conciencia misma, todo.
Perezcamos, con tal que los seres que nos son queridos sean felices. Lo que es
más forjamos nuestra propia casuística, pedimos prestada su moral a los
jesuitas y por un tiempo permanecemos tranquilos y persuadidos de que así debe
ser, y de que, como el fin es bueno, los medios están justificados... la eterna
Sonia existirá mientras el mundo sea mundo
- Y todo con ese dinero. Si la mataran, si tomaran su dinero
para dedicarlo al bien general de la humanidad, ¿no crees que un crimen tan
mínimo sería borrado por tan buenas acciones? Por una sola vida, millares de
vidas salvadas del estancamiento y la disolución. A cambio de una sola muerte,
centenares de existencias… ¿No consideras que esto es casi una cuestión de
números? ¿Qué pesa en la balanza común la vida de esa vieja perversa,
tuberculosa y estúpida?
- “¡O renunciar a la vida –exclamó con violencia-, aceptando
el destino tal cual es, de una vez por todas, y ahogar dentro e mí, abdicar del
derecho de hacer, de vivir, de amar! ¿Comprende usted, señor, lo que significa
no saber a dónde ir?”
- “Bastará –se decía- que conserve el dominio de mi voluntad y
de mi juicio, y llegado el momento, todas las dificultades serán vencidas;
entonces podré ocuparme de los pequeños detalles de mi empresa…”
- ¿Cómo no estar pálido cuando no se tiene que comer?
- Es humano equivocarse, puesto que por los errores se llega a
la verdad
- “¡Tenemos hechos!”, nos dicen; pero los hechos no
constituyen todo; la mitad del asunto, por lo menos, consiste en la forma de
interpretarlos.
- Nos hemos habituado a llevar una existencia cómoda, a vivir
a expensas de los demás a procurar que el trabajo esté ya hecho. Y llegado el
momento cada cual ha demostrado lo que era capaz.
- En todo hay un justo término medio
- “¿Dónde he leído –pensaba mientras se alejaba-, dónde he
leído que un condenado a muerte dijo pocas horas antes de subir al cadalso que
preferiría vivir de cualquier manera antes que morir tan pronto, aunque fuese
sobre la cima de una montaña, en una roca donde sólo hubiera espacio para
colocar los pies y que en torno hubiese solamente abismos, océanos, tinieblas
eternas, una inmensa soledad azotada por continua tempestad, aunque debiera
pasar allí toda la vida durante mil años, toda la eternidad? ¡Vivir, sólo vivir
y nada más que vivir! ¡No importa cómo, pero vivir! ¡Qué verdad tan grande!
¡Señor qué verdad! ¡El hombre es cobarde! ¡Pero también lo es el que por ello
lo trata de cobarde!
- No sólo usted o yo, sino hasta el más avezado delincuente,
no estamos capacitados para responder de lo que haremos llegado el caso
- Ya dejó de sufrir –murmuró Catalina Ivanovna ante el
cadáver-; en cambio, nosotros… ¿Qué hacer ahora? ¿Cómo lo enterraremos? Y mis
pobres hijos… ¿qué comerán mañana?
- “¡Basta ya! – se dijo con decisión y entereza-. ¡Fuera todos
los espejismos, atrás los vanos terrores y las visiones! La vida existe… ¿Acaso
no estoy vivo en esta hora? ¡Mi vida no terminó con la de aquella vieja! Ella
está en el otro mundo… ¡Basta ya, vieja, deja a los otros en paz! ¡He ganado
ahora la razón y la luz… la voluntad!..., ¡la fuerza!... ¡Vamos a ver! ¡A
nosotros, ahora! –agregó con aire de altanero desafío, como si se dirigiera a
alguna oscura potencia-. ¿No he decidido acaso parar la vida aunque sea en dos
pies cuadrados de espacio?... La fuerza, la fuerza es necesaria, sin ella a nada
se llega; ahora bien, la fuerza se adquiere por medio de la voluntad y el
esfuerzo personal; esto es algo que ellos ignoran”.
- ¿POR QUÉ SOY TAN
TONTO QUE SABIENDO QUE LOS DEMÁS SON UNOS IMBÉCILES, NO ME ESFUERZO EN SER MÁS
INTELIGENTE QUE ELLOS? Me dije que si
esperaba el momento en que todos fuesen inteligentes, corría el riesgo de
esperar demasiado. Más tarde comprendí que eso no ocurrirá jamás, que los
hombres no cambiarán, que nada ni nadie puede transformarlos, y que no vale la
pena aguardar en vano. ¡Si, es así! Es una ley ineludible…, ¡una ley, Sonia!
Ahora sé que el que es más fuerte por su inteligencia y por su alma es el amo
de todos.
- Con los labios blancos como la cera y la mirada fija y
vidriosa