Imagina por un momento que te ofrecen cien mil pesos por integrarte a un experimento, participaras en una cárcel simulada por dos semanas, dependiendo de varios exámenes físicos y psicológicos serás un preso sin derechos civiles o un guardia que luchará por mantener el orden. ¿Aceptarías? Son sólo dos semanas y cien mil pesos no te caerían nada mal, además es una experiencia nueva de la que podrías aprender muchas cosas, es un ambiente controlado, con videovigilancia y te aseguran que en ningún momento se hará uso de violencia, pues quien transgreda esa regla será expulsado del experimento.
Esta es la idea central de El experimento, película alemana que refleja el surgimiento de los peores instintos humanos y el ansia de poder. En un principio el ambiente entre custodios y presos es bastante amable, juegan, se tutean y hasta se hacen bromas, pero mientras reos y guardias van adoptando poco a poco el rol que les ha sido asignado, se presenta una lucha por saber quién implementará su poder en esta cárcel ficticia.
Con el fin de que la cárcel no se les vaya de las manos los guardias deciden utilizar la humillación pública la cual, poco a poco declina en un abuso de poder y tortura psicológica y física. Por su parte los presos, una vez que han sido denigrados pierden su individualidad y aceptan –con ligeros brotes de rebeldía- las condiciones infrahumanas que les son impuestas, pues los guardias representan el orden y respeto dentro de una sociedad regida en todo momento por reglas de convivencia y jurídicas.
Desesperación, asco, paranoia, estrés y ansiedad son estados anímicos que podrás enfrentar si decides ver la película que llega a su clímax con el uso de violencia extrema por parte de los guardias, el intento de violación a una Psicóloga por parte de uno de estos y la muerte de un preso y del psiquiatra a cargo del experimento. Todo esto para demostrarnos que el abuso de poder puede corromper hasta al ser humano más dócil y amable socialmente y que la lucha por ser la figura con mayor autoridad dentro de un ambiente controlado o no, puede tener consecuencias desastrosas.
