“Jamás me reserve nada para la vuelta” esas son las palabras con las que Vincent, un humano no valido, resume su filosofía de vida y llega hasta donde sus sueños lo han llevado.
Gattaca es una película que hoy en día, ya no podría considerar de ciencia ficción: en un futuro no muy lejano los niños son modificados genéticamente para obtener las mejores cualidades de sus padres y otros favores que las genética les pueda ofrecer: color de ojos, de pelo, coeficiente intelectual, estatura, eliminación de enfermedades hereditarias, etc.
De esta forma surge una nueva división social donde el factor más importante no es el económico sino el genético, así, los humanos no validos o no modificados genéticamente son excluidos y limitados a trabajos técnicos, mientras que la mejor calidad de vida está reservada a esa nueva elite genéticamente perfecta.
Vincent Freeman es un no valido que gracias a su constante esfuerzo y a la ayuda de Jerome, un espécimen perfecto, pero paralítico por un accidente, obtiene una nueva identidad que le permite ascender rápidamente en la escala social. Vincent se demuestra a sí mismo y a todos los que dudaron en él, que si bien no fue “bendecido” con todos los dones que la ciencia humana pudo darle para ser perfecto, siempre es requerido el anhelo de superación para alcanzar sus metas, sin importar lo que otros digan de él.